Nació una estrella en mi cielo Llena de amor y de destellos
Es tu alma niña mía
La reina del firmamento
Eres tan dulce y tan hermosa
Llena de tanta vida
Que te ama todo el mundo
Hasta yo, que no te conocía
Eres mi alegría
Tu sonrisa ilumina mi vida
El solo mirarte
Me infundía paz
Tus ojos, un enorme mar
Tu mirar, un largo suspiro
Fue una noche mágica
Que te prometí una estrella
Y recordarte para siempre
Como mi luz, mi estela
Sin embargo
Al día siguiente
Un súbito terror
Tu muerte inminente
Un día no despertaste mi niña…
Tu corazón se paró
Era Dios que te llamó
Cubriéndote con su manto
Y en su pecho te acobijó
Ángeles te elevaron
Hacia el cielo te llevaron
En una carroza dorada
Cubierta de rosas y nardos
A tu paso las estrellas
Entonaron un hermoso canto
Mientras en la tierra
Era para mi solo llanto
¡Oh! Cruel sino infame
Que me separas de mi estrella
Aquella que tanto brilla
Aquella que era tan bella
Por que ahora,
Estando tan cerca de la dicha
Solo la desdicha
Alberga mi corazón
Pero miro el cielo
Y veo una estrella
Cada vez que la veo
Me acuerdo de ti
Esa estrella que brilla
Como ninguna otra en el cielo
Eres tú, mi niña
Mi sueño, mi anhelo
Si miras el cielo verás
Una estrella que brilla más
Es la sonrisa de mi niña
Ella… nunca nos dejará
Eres mi estrella
La más brillante de todas
La más valiosa de ellas
Entonces, miró al cielo impotente
Y en voz alta le gritó al Señor
¡Señor impaciente!
¡Devuélveme a mi amor!
Y cerrando los puños
Vuelvo a exclamar
¡Llévame junto a ella!
¡Para siempre poderla amar!
¿Qué sentido tiene mi vida?
¿Si no la puedo acariciar?
¿Qué sentido tiene vivir?
¿Si no la puedo abrazar?
Derrotado, solitario y afligido
Me arrodillo ante mi Dios
¡Señor! ¡Despójame de este cuerpo!
¡Júntame con mi amor!
¡Conviérteme en lucero, estrella o bengala!
Para que pueda estar por siempre
Con mi sublime amada
Al día siguiente, el joven no amaneció…
Pero se dice
Que en el lecho de su muerte
Una estrella apareció
Acompañada alegremente
Por un enorme resplandor
Una segunda estrella, a su lado apareció
Era el alma del joven que siempre la amó
Y al final están
Juntos en su amor
Unidos para siempre
Por la mano del Señor
José Jesús Pérez Aguinaga
Etiquetas: Notas Tristes