Hoy he acabado hablando con el arco iris para pedirle que nos dejara un poco de sus colores...
Pero todo comenzó cuando caminando por el bosque de paraguas me encontré con la inspiración... y un buen rato estuve con ella... charlando de los temas mas variopintos... buscando la razón de porque estábamos perdidos en el medio de ese laberíntico bosque lleno de paraguas... y es que la solución no aparecía por ningún lado... surgió la imaginación... que también andaba un poco liada por aquel bosque... y sin pedir permiso se metió también en conversación... tanto charlar que pasaron las horas como minutos... y claro nada habíamos resuelto... seguíamos en medio de aquel berenjenal o paragual... una suave brisa pasó en ese momento... fueron los aires de la sin razón los que nos dijeron con un suave tono que si queríamos salir de tal embrollo deberíamos darle a todo la vuelta y cambiarlo de color...
Así fue como con siete cubos y 3 brochas... la inspiración, la imaginación y yo pintamos todo de arriba abajo... para ver si veíamos las cosas mas claras o simplemente constatar que teníamos algún problema de visión...
Así el verde esperanza de las hojas se a transformado en rojo pasión... el cielo es amarillo tirando a marrón... mientras que la tierra que piso es celeste como el hielo...
No soy quien para cambiar el color de las cosas...
Cuando la naturaleza lo pinto le quedó mucho mejor...
Ahora toca... sentarse... cerrar los ojos y descansar...
Mientras el mundo comienza a girar otra vez a mi alrededor...
Al pensar porque lo hicimos... la única respuesta que me viene a la cabeza...
Porque nos lo dijo la sin razón...
Que aparece derrepente... y no te deja otra opción...
Nacho Fernández Somoza
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